Macetas de cerámica
Prácticamente cualquier civilización puede ser analizada a través de sus utensilios cerámicos, desde vasijas para conservar alimentos hasta elementos decorativos.
Esta extraordinaria invención ocurrió durante el Neolítico para almacenar los sobrantes de las cosechas. Posteriormente se fueron perfeccionando las técnicas productivas hasta llegar a la exposición a altas temperaturas en hornos y dando acabados vítreos a través de esmaltes.
Desde su descubrimiento es admirada por sus propiedades mecánicas, termales y estabilidad química, sin embargo, actualmente existen muchos métodos para transformar la cerámica en piezas utilitarias y se han aprovechado otras cualidades ópticas, eléctricas y magnéticas que la han convertido en pieza clave de muchas tecnologías como son las telecomunicaciones, conversión de energía y electrónica. Dichas aplicaciones han dado paso al nacimiento de nuevas categorías como lo son las electrocerámicas o las cerámicas estructurales.
En Suhab aprovechamos este magnífico material para una misión no menos importante: reverdecer nuestro entorno. Dejar de ver al entorno natural como una amenaza y encontrar nuevamente el hilo conductor que nos atañe con el mismo, desembocó en la búsqueda de entender los procesos naturales de las plantas. De tal manera nos hemos dado a la tarea de insertarlas en nuestro espacio citadino a través de macetas de cerámica.
Las ventajas de una maceta de barro o cerámica con respecto a otros materiales ocurren al momento de conservar cierta temperatura que permite crezcan y se conserven en mejores condiciones los sistemas radiculares.
D.I. José Ignacio Nuño Escobedo
Socio fundador de Suhab.